
En Guayaquil hay casas cuyo precio aumentó el 21% en un año.
El ingeniero MBA y catedrático de la ESPAE, Roberto Palacios Dueñas, explicó que solo cuando las expectativas de beneficio entre comprador y vendedor coinciden, es cuando la plusvalía puede incorporarse al valor del inmueble, por lo que, visto desde esa perspectiva, “sí puede ser una especie de especulación, ya que el vendedor elucubra sobre los beneficios que el comprador obtendrá de ese bien”.
Aclaró que en el momento en que ese predio se torna necesario para las personas, es cuando dicha especulación se transforma en “una aberración moral o un comportamiento inmoral”.
En tal sentido, Roberto Palacios indicó que mientras haya espacios sustitutos o terrenos ofertados -siempre que tengan igual potencial de beneficios- la especulación podría eliminarse o mitigarse.
“Aunque esto ocurriría en tanto y en cuanto los vendedores no coincidan en expectativas, o se comporten en cartel contra el comprador”, expresó Palacios.